lunes, 7 de octubre de 2013

RUTA AL BARCO DEL ARROZ

Hacía tiempo que nos habíamos planteado llegar hasta aquí y lo habíamos ido dejando, unas veces por falta de disponibilidad personal de cada uno de nosotros, otras por la climatología y otras por el estado de la mar y de los vientos. Hoy por fin hemos ido. 
Salimos de Sanlúcar de Barrameda sobre las 11 de la mañana, con la bajamar reciente y prácticamente sin viento. Los marineros más viejos del lugar nos han aconsejado salir a mar abierto entre las boyas siete y ocho, a fin de sortear los bajos de piedra, bastante peligrosos, y las rompientes. Les hacemos caso y nos hacemos a la mar cerca de Bajo de Guía. Vamos un konero pesca, un konero aventura y un kayak biplaza de plástico. 
En menos de una hora nos hacemos los seis kilómetros que nos separan del pecio y damos una vuelta entre las dos partes en que está partido el barco, el Weisshorn, un mercante de bandera chipriota que naufragó aquí en 1994, con más de seis mil toneladas de arroz y que aquí sigue, formando desde entonces parte del paisaje marítimo de la zona.
La fuerza del oleaje nos impide acercarnos como quisiéramos a los restos del naufragio, así que nos contentamos con remar por sus inmediaciones contemplando las dos moles de óxido y haciendo fotos.
Decidimos luego bogar hacia el coto para visitar los búnkeres de la desembocadura del Guadalquivir.
Llegamos hasta la orilla surfeando con los kayaks a causa del oleaje. Allí descansamos un rato y tomamos un bocado. Embarcamos luego y nos vamos hacia los búnkeres, intentando evitar los bajos y las turbulencias. Al llegar nos tomamos un descanso, nos acercamos a los dos primeros para curiosear y tirar más fotos e iniciamos el regreso con una tremenda marea que nos arrastra río arriba.
Desembarcamos en Sanlúcar sobre las cuatro de la tarde. Según el gps, hemos recorrido 15,5 kilómetros, así que nos acercamos a un chiringuito de la playa a tomarnos unas merecidas cervezas.